Durante todo un mes, los niños y niñas de Kínder vivieron una experiencia inolvidable al observar de cerca el ciclo de vida de una mariposa. Desde la llegada de las pequeñas orugas a la sala, cada estudiante asumió con entusiasmo la responsabilidad de alimentarlas, observarlas y cuidarlas con dedicación y cariño.

Con gran curiosidad, los pequeños siguieron atentamente cada etapa de este proceso natural. Primero vieron cómo las orugas crecían, luego cómo tejían sus capullos y finalmente presenciaron con asombro la transformación en coloridas mariposas. El momento más emocionante fue cuando las liberaron al aire libre, celebrando la magia de la naturaleza.

Esta experiencia no solo despertó la curiosidad científica de los niños, sino que también les enseñó valores fundamentales como la paciencia, el respeto por los seres vivos y la importancia del cuidado del entorno natural.

Una vivencia llena de aprendizaje, emoción y descubrimiento que quedará en la memoria de todos los niños y niñas de Kínder.